Petición al Congreso: que rechace enviar tropas argentinas a Haití
Diputados y Diputadas
Congreso de la Nación
S / D
Hace 10 años que nuestro país participa, con una importante dotación de efectivos militares, en la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, la MINUSTAH. Está ahora a consideración de la Cámara de Diputados el proyecto de ley[1] para renovar la autorización para esta participación, vencida desde el 1 de julio.
Las organizaciones y personas abajo firmantes reclamamos al Congreso que rechace la autorización solicitada y que exija el retiro inmediato de los 566 efectivos argentinos que se encuentren actualmente en Haití. Instamos además al Congreso que exija al Ejecutivo votar en contra de la renovación de la MINUSTAH, cuando antes del 15 de octubre, su mandato sea sujeto de aprobación por parte del Consejo de Seguridad, y apoyar las demandas de justicia y reparaciones de las personas y comunidades haitianas que han sido víctimas directas de la acción criminal de la MINUSTAH.
Les pedimos no convalidar la participación de Argentina en una misión que constituye una verdadera ocupación de este país hermano. El pueblo de Haití merece el apoyo solidario de nuestro país y región, pero el mismo nunca puede materializarse en un marco como el de la MINUSTAH, que no respeta a su soberanía, sus derechos, su autodeterminación.
Para fundamentar el pedido de autorización, el Poder Ejecutivo señala los conceptos básicos del mandato actual de la MINUSTAH, vigente desde octubre 2013[2] y que se basa en reiterar que “la situación imperante en HAITÍ sigue constituyendo una amenaza para la paz y la seguridad internacionales en la región.” ¿Uds. saben en qué consiste esa amenaza? ¿Han evaluado cuál ha sido la contribución concreta de la presencia de tropas argentinas y de la MINUSTAH en su conjunto, para conjurar esa supuesta amenaza? Si una situación que pareciera así ser de gran peligro, no ha cambiado después de 10 años de ocupación político-militar, ¿no sería tiempo de cambiar la estrategia?
¿O será que 210 años después de que el pueblo de Haití fue el primero del mundo en poner fin a la esclavitud, y el primero de América latina y el Caribe en independizarse del yugo colonial, los impulsores de esta Misión y sus multinacionales que lucran y saquean por detrás de la “estabilidad impuesta”, siguen temiendo la potencia de un pueblo libre? ¿Con qué argumentos puede el Congreso Nacional, aprobar semejante oprobio contra un pueblo que además fue el primero en ayudar a la lucha independentista del resto de las Américas?
La realidad es que la MINUSTAH fue creada hace 10 años, a instancias de los EE.UU., Francia y Canadá, luego del golpe de Estado realizado por el mismo EE.UU. La solicitud no emanó de un gobierno legítimamente constituido en Haití. Desde entonces, nuestro país y otros, mayormente de América latina, ponen la mano de obra tercerizada para una ocupación que garantiza el proceso de recolonización de Haití, pleno siglo XXI : condiciones de “seguridad” y “estabilidad” para los capitales transnacionales que han aumentado su control sobre los ejes estratégicos de la economía, incluyendo las privatizaciones de la energía y las comunicaciones, el avance de la mega minería, el turismo de lujo, la maquila y la agroindustria exportadora, con la expropiación de campesinos y pescadores y el control social de la MINUSTAH y la policía que entrena, que se encargan de reprimir cualquier protesta y coadyuvar a que el salario mínimo se mantenga como el más bajo de la región.
Aunque el Poder Ejecutivo no lo menciona, no debe sorprender el alto índice de rechazo de la MINUSTAH por parte de la población de Haití. El 89% de la población quiere que se vaya, según encuestas recientes, y el reclamo ¡Fuera las tropas de ocupación! está siempre presente en las cada vez más frecuentes manifestaciones populares. Por cierto, el mismo Poder Ejecutivo indirectamente confirma esta realidad, cuando manifiesta que las tropas participarán en la ejecución de “proyectos de efecto rápido que… aumenten… la confianza de la población de Haití en la MINUSTAH” (énfasis nuestro). ¿Es para eso que Argentina manda tropas a Haití?
En el citado proyecto, el Poder Ejecutivo destaca el compromiso activo de Argentina “al restablecimiento de la estabilidad política y humanitaria” de Haití, a partir de su presencia en diversas misiones internacionales en el país incluyendo desde hace ya 10 años, la MINUSTAH. Nada dice, sin embargo, con respecto a la responsabilidad directa de la MINUSTAH en relación a la situación actual que es más bien de grave deterioro social, político e institucional. No le informa al Congreso Nacional, por ejemplo, que:
Es hora que nuestro país asuma su compromiso con los derechos humanos, la soberanía y la integración regional, y ponga fin a su participación en esta ignominiosa e hipócrita ocupación.
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Continuar leyendo la petición completa en la Web de Diálogo 2000
Congreso de la Nación
S / D
Hace 10 años que nuestro país participa, con una importante dotación de efectivos militares, en la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, la MINUSTAH. Está ahora a consideración de la Cámara de Diputados el proyecto de ley[1] para renovar la autorización para esta participación, vencida desde el 1 de julio.
Las organizaciones y personas abajo firmantes reclamamos al Congreso que rechace la autorización solicitada y que exija el retiro inmediato de los 566 efectivos argentinos que se encuentren actualmente en Haití. Instamos además al Congreso que exija al Ejecutivo votar en contra de la renovación de la MINUSTAH, cuando antes del 15 de octubre, su mandato sea sujeto de aprobación por parte del Consejo de Seguridad, y apoyar las demandas de justicia y reparaciones de las personas y comunidades haitianas que han sido víctimas directas de la acción criminal de la MINUSTAH.
Les pedimos no convalidar la participación de Argentina en una misión que constituye una verdadera ocupación de este país hermano. El pueblo de Haití merece el apoyo solidario de nuestro país y región, pero el mismo nunca puede materializarse en un marco como el de la MINUSTAH, que no respeta a su soberanía, sus derechos, su autodeterminación.
Para fundamentar el pedido de autorización, el Poder Ejecutivo señala los conceptos básicos del mandato actual de la MINUSTAH, vigente desde octubre 2013[2] y que se basa en reiterar que “la situación imperante en HAITÍ sigue constituyendo una amenaza para la paz y la seguridad internacionales en la región.” ¿Uds. saben en qué consiste esa amenaza? ¿Han evaluado cuál ha sido la contribución concreta de la presencia de tropas argentinas y de la MINUSTAH en su conjunto, para conjurar esa supuesta amenaza? Si una situación que pareciera así ser de gran peligro, no ha cambiado después de 10 años de ocupación político-militar, ¿no sería tiempo de cambiar la estrategia?
¿O será que 210 años después de que el pueblo de Haití fue el primero del mundo en poner fin a la esclavitud, y el primero de América latina y el Caribe en independizarse del yugo colonial, los impulsores de esta Misión y sus multinacionales que lucran y saquean por detrás de la “estabilidad impuesta”, siguen temiendo la potencia de un pueblo libre? ¿Con qué argumentos puede el Congreso Nacional, aprobar semejante oprobio contra un pueblo que además fue el primero en ayudar a la lucha independentista del resto de las Américas?
La realidad es que la MINUSTAH fue creada hace 10 años, a instancias de los EE.UU., Francia y Canadá, luego del golpe de Estado realizado por el mismo EE.UU. La solicitud no emanó de un gobierno legítimamente constituido en Haití. Desde entonces, nuestro país y otros, mayormente de América latina, ponen la mano de obra tercerizada para una ocupación que garantiza el proceso de recolonización de Haití, pleno siglo XXI : condiciones de “seguridad” y “estabilidad” para los capitales transnacionales que han aumentado su control sobre los ejes estratégicos de la economía, incluyendo las privatizaciones de la energía y las comunicaciones, el avance de la mega minería, el turismo de lujo, la maquila y la agroindustria exportadora, con la expropiación de campesinos y pescadores y el control social de la MINUSTAH y la policía que entrena, que se encargan de reprimir cualquier protesta y coadyuvar a que el salario mínimo se mantenga como el más bajo de la región.
Aunque el Poder Ejecutivo no lo menciona, no debe sorprender el alto índice de rechazo de la MINUSTAH por parte de la población de Haití. El 89% de la población quiere que se vaya, según encuestas recientes, y el reclamo ¡Fuera las tropas de ocupación! está siempre presente en las cada vez más frecuentes manifestaciones populares. Por cierto, el mismo Poder Ejecutivo indirectamente confirma esta realidad, cuando manifiesta que las tropas participarán en la ejecución de “proyectos de efecto rápido que… aumenten… la confianza de la población de Haití en la MINUSTAH” (énfasis nuestro). ¿Es para eso que Argentina manda tropas a Haití?
En el citado proyecto, el Poder Ejecutivo destaca el compromiso activo de Argentina “al restablecimiento de la estabilidad política y humanitaria” de Haití, a partir de su presencia en diversas misiones internacionales en el país incluyendo desde hace ya 10 años, la MINUSTAH. Nada dice, sin embargo, con respecto a la responsabilidad directa de la MINUSTAH en relación a la situación actual que es más bien de grave deterioro social, político e institucional. No le informa al Congreso Nacional, por ejemplo, que:
- ya en marzo de 2011, el presidente entonces saliente de Haití, René Preval, aseguró ante el Consejo de Seguridad de NN.UU., que Haití “no necesitaba tropas militares”;
- el Senado de la República de Haití ha solicitado dos veces el retiro de la MINUSTAH (septiembre 2011 y mayo 2013); en la segunda Resolución otorgándole plazo hasta mayo 2014 – ya vencido[3];
- bajo la supervisión de la MINUSTAH, se perpetró un fraude electoral en las últimas elecciones presidenciales (octubre 2010/febrero 2011), con la consecuente proclamación en Washington, DC, del actual presidente de Haití (a su vez ciudadano estadounidense); hechos que han sido ampliamente denunciados por diversas instancias haitianas así como también, por el entonces Representante Especial de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Haití, el Embajador Ricardo Seitenfus[4];
- la MINUSTAH ha sido responsable de hechos de violencia directa contra la población que han sido ampliamente denunciado y que permanecen impunes, incluyendo la perpetración de masacres contra la población civil, represión contra manifestaciones sociales y laborales, la violación de mujeres y jóvenes[5];
- la explosiva situación social y política del país implicará en los próximos tiempos, según lo reconoce el Secretario General de NN.UU., mayor involucramiento de la MINUSTAH en hechos de represión y control social interno[6];
- al permanecer en Haití como parte de la MINUSTAH, la Argentina se torna co- responsable de la epidemia de cólera[7], que ha significado más de 8000 muertos y la afectación de más de 800.000 haitianos, y de la impunidad de ese hecho criminal. Al respecto, el Experto Independiente de NN.UU. sobre Haití y los Derechos Humanos ha pedido formalmente a las NN.UU. que asuma su responsabilidad[8] - reclamo que el Congreso de la Nación debería hacer suya, exigiendo además lo mismo al Ejecutivo;
- al participar en la MINUSTAH, la Argentina además sigue aceptando que la comunidad internacional priorice el financiamiento de tropas de ocupación en Haití, en vez de asegurar el financiamiento necesario para, amén de reparar los daños perpetrados por la propia MINUSTAH, revertir las condiciones de insalubridad y precariedad de vida que constituyen la verdadera amenaza a la seguridad y la paz para el pueblo haitiano.
Es hora que nuestro país asuma su compromiso con los derechos humanos, la soberanía y la integración regional, y ponga fin a su participación en esta ignominiosa e hipócrita ocupación.
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Continuar leyendo la petición completa en la Web de Diálogo 2000