«15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina. Guía para desmontar
el imaginario prominero» (Edit. El Colectivo, Herramienta Edic., Bs.As. 2011) es un texto elaborado por el Colectivo Voces de Alerta, a partir de que varios investigadores que desde hace años y desde diversas provincias del país acompañamos las luchas socioambientales que cuestionan la megaminería transnacional en la Argentina, comenzamos a sistematizar información sobre el tema.
Algunos breves párrafos del texto
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El elemento central que explica el pasaje de la minería “tradicional” a la “moderna” está dado por la escala de explotación, y esta obedece en realidad al progresivo agotamiento —a nivel mundial— de los metales en vetas de alta ley.
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En términos de relaciones económicas, la globalización planteó una nueva división internacional del trabajo que acentuó aún más las asimetrías entre los países centrales y los periféricos. Se trata de la tendencia de los países del norte a desplazar fuera de sus fronteras las primeras fases de la actividad extractiva, privilegiando el cuidado del ambiente local, pero a costa de un mayor deterioro del ambiente a nivel global, y, particularmente, de los países del sur, cuyos territorios son utilizados como fuente de recursos y sumidero de residuos (Naredo, 2006).
En tal sentido, los principales efectos “macro” de la radicación de las fases extractivas de la minería transnacional a gran escala sobre las economías nacionales están vinculados a la recreación geopolítica y económica de asimetrías entre países proveedores de recursos primarios y países consumidores de bienes ambiente-intensivos y, correlativamente, la extranjerización, concentración y reprimarización del aparato productivo interno.
Estos impactos redundan en mayor dependencia económica, comercial, financiera y tecnológica respecto a los “mercados internacionales” y a las estrategias corporativas de las empresas que controlan el sector a escala global, y provocan mayor vulnerabilidad de las economías nacionales en relación con los
flujos cíclicos y los vaivenes especulativos de la economía mundial, trasladando al interior dicha inestabilidad.