
Héctor Luis Giuliano | Nota del 04.07.2011
El Ministerio de Economía (MECON) – a través de la Secretaría de Finanzas – acaba de editar en su página web el Informe trimestral sobre Deuda Pública del Estado Central al 31.3.2011.
El objeto de este breve  trabajo es analizar el actual cuadro de situación del endeudamiento  fiscal argentino a la luz de estas nuevas cifras oficiales.
EL INCREMENTO DE LA DEUDA
El stock de la Deuda Pública  al 31.3 de este año según el MECON es de 184.400 Millones de Dólares  (MD): 173.100 por Deuda Performing o Normalizada y 11.300 por Deuda no  ingresada en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 y complementarios del  2010 (Holdouts).
Las cifras están expresadas siempre con redondeo y se refieren solamente a los datos de la Deuda en cabeza del Estado Central.
Además, no está considerada aquí la Deuda no  registrada por concepto de Capitalización de Intereses, Indexación de  la Deuda en Pesos ajustada por Inflación y pagos anuales por Cupones  ligados al Crecimiento, que en conjunto se estima los tres rubros  superan los 50.000 MD.
El saldo de la Deuda Pública al 31.12.10 era de unos 176.000 MD (175.500, producto de 164.300 más 11.200 de Holdouts),de modo que el stock de deuda habría crecido casi 9.000 MD durante el primer trimestre de este año.
El Informe del MECON reconoce este hecho – un aumento de 8.800  MD medido en función de la Deuda Performing – explicando que la mayoría  delimporte (7.400 MD) corresponde a la nueva deuda contraída por el  Tesoro con el Banco Central (BCRA) por los préstamos de Reservas Internacionales que serán destinados al pago de Deuda Externa durante el ejercicio.
Por este motivo, el  incremento real o neto de la Deuda sería según el MECON de 1.400 MD  (diferencia entre 8.800 y 7.400) ya que estas reservas se usarían para  pagar a Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) – Banco Mundial  (BIRF), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y, en menor grado,  Corporación Andina de Fomento (CAF) – y también para pagar a Acreedores Privados.
Esto último, empero, no está  permitido legalmente porque el Artículo 6 de la Ley 23.928 de  Convertibilidad modificada sólo autoriza el pago con Reservas a OMC, no a  personas o entidades privadas. 
El Gobierno Kirchner, como es  sabido, utiliza las denominadas Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) o  reservas excedentes a la cobertura de la Base Monetaria, para pagar  vencimientos de la Deuda Externa. Lo hace a través de Decretos del Poder  Ejecutivo, no Leyes del Congreso, y la mayoría de tales fondos van hoy  al pago de Acreedores Privados.
Este año, de los 7.500 MD previstos para el Fondo de Desendeudamiento 5.400 van a Acreedores Privados y 2.100 a OMC. El año pasado, con un total de 6.600 MD, los destinos habrían sido de 4.400 y 2.200 MD respectivamente.
Al abonar Deuda Externa con  Reservas del BCRA el Gobierno no sólo “internaliza” deuda (paso de  obligaciones con acreedores del exterior a nuevos acreedores locales)  sino que la traspasa al propio Estado, ya que la Tesorería queda así  endeudada con el Banco Central.
Esta deuda se instrumenta a través de la emisión de Letras Intransferibles a 10 años de plazo.
En la actualidad, la Deuda del Tesoro con el BCRA por préstamo de reservas sobrepasa los 30.000 MD, pese a que la Carta Orgánica del Banco, en principio, le prohíbe otorgar préstamos al Ejecutivo (según el Artículo 19, inciso a, de la Ley 24.144).
Este tema es particularmente  delicado porque además el Gobierno Nacional no ha demostrado cuál es su  capacidad de repago por esta deuda que contrae con el BCRA; lo mismo que  tampoco demuestra cómo se vaa pagar la Deuda Intra-Estado en general y,  en sentido más amplio, la Deuda Pública en su conjunto.
A la luz de la información  del Primer Trimestre el aumento de la Deuda Pública que se viene  registrando hasta ahora es parte del endeudamiento adicional para este  año, que por Presupuesto 2011 está previsto aumente en unos 9.400 MD.
Sin contar con otros 18.000  MD de Deuda Nueva para Obras Públicas y de Infra-Estructura autorizados  para contraer por parte de Empresas del Estado, Organismos Nacionales  y/o Fondos Fiduciarios, todos ellos con avales del Estado Central, según  el Presupuesto del Ejercicio (que fue aprobado por Decreto del Poder  Ejecutivo, no por Ley del Congreso).
AGRAVAMIENTO DE LA DEUDA INTRA-ESTADO
Como este subtema ya fue  tratado en otros trabajos del autor (*), aquí nos limitamos a destacar  sólo la incidencia de este procedimiento en función de las nuevas cifras  oficiales.
El Informe del MECON que  acompaña las estadísticas de Deuda del Primer Trimestre de este año  vuelve a destacar dos hechos ambivalentes o engañosos.
1. Por un lado, se dice que la Deuda Pública del Estado Central equivale ahora al 46.3 % del Producto Interno Bruto (PIB): resultado de dividir sólo los 173.100 MD de la Deuda Performing  del Gobierno (no su Deuda Total de 184.400 - sin el agregado de la  Deuda no Registrada - ni mucho menos la Deuda Pública Nacional, que  sería lo que correspondiera) por el Producto Bruto (que sería así del  orden de los 374.000 MD).
Pero se soslaya decir que la Deuda aumentó y sigue aumentando en valor absoluto.
Esta variante de aducir que  la Deuda baja según el índice Deuda/PBI cuando su monto en realidad  sigue aumentando, es tan engañosa como el uso de la palabra  “des-endeudamiento” a modo de eufemismo en lugar de utilizar la palabra  “pagar”; siendo que, en ambos casos, la Deuda no disminuye sino que se  incrementa.
2. Por otro lado, el MECON  subraya nuevamente que la Deuda Intra-Estado constituye hoy casi la  mitad de la Deuda Pública Total, lo que se presenta como un logro o  ventaja.
Sin embargo, esto merece algunas consideraciones.
Primero: No  hay duda que tomar compromisos con entidades del propio Estado supone  obviar los espinosos problemas de refinanciación con acreedores externos  y/o privados en general; pero el tema es que el Gobierno no acredita la  capacidad de repago pertinente frente a estas nuevas obligaciones que  asume, con el agravante que la gran mayoría de este dinero se toma de  fondos que estrictamente hablando no son del Estado, como es el caso de  los recursos de la ANSES, que son de los Jubilados; o las reservas  internacionales del BCRA, que tienen finalidad específica de respaldo a  la Base Monetaria y los pasivos financieros propios del Banco.
Por lo tanto, el sólo hecho  de traspasar deuda que se tenía con Terceros a nueva Deuda con fondos  públicos no es una buena noticia per sé.
Segundo:  Este nivel creciente de endeudamiento intra-Sector Público hoy estaría  llegando empero a un límite, y tal tope estaría dado – al menos para sus  dos acreedores principales – por el margen de recaudación previsional  en relación a los compromisos de pago jubilatorios y las causas  judiciales con sentencia en firme, en lo tocante a la ANSES; y por el  nivel de endeudamiento cuasi-fiscal del BCRA para seguir comprando  reservas que luego presta a la Tesorería (Deuda por Letras y Notas a  corto y muy mediano plazo que coloca y renueva permanentemente el BCRA, y  por las que paga un 13 % de Interés anual).
Esto es, que el Endeudamiento  Intra-Estado no sólo es de cumplimiento incierto y financieramente  gravoso sino que, además, podría estar llegando a un límite.
Tercero:  Retomando el primer punto cabe una pregunta, ¿qué significa que el  Gobierno esté cambiando Deuda Externa de Acreedores Privados y OMC  traspasándosela al propio Fisco? 
Si esa nueva Deuda –  la Deuda Intra Estado – no tiene capacidad de pago demostrada ello  implica que en algún momento futuro esta insolvencia se tendría que  “blanquear”, reconociendo entonces que tales obligaciones no se pueden pagar y que las mismas se debieran entonces “pasar a Pérdidas”.
Pero esto no ocurriría en  forma inmediata ya que el Gobierno sigue difiriendo o “pateando”  vencimientos para adelante – el 60 % de los fondos de la ANSES está  colocado en Títulos Públicos que conllevan pagos escalonados y las  Letras intransferibles suscriptas con el BCRA tienen plazo 10 años – de  modo que se supone la actual Administración puede eludir todavía una  situación de impago.
Mas un cuadro de este tipo no  puede sostenerse a largo plazo y amenaza entonces llevar a un  “blanqueo” de cifras en el futuro; que es lo mismo que se plantea con la  Deuda Pública no Registrada. 
Por otro lado - si bien se  trata de un tema del que no se habla - hay un hecho nuevo que se está  produciendo en los últimos años: el Gobierno está reduciendo el peso  futuro de la deuda en uno de sus rubros importantes, aunque lo está  haciendo a costa de sus Finanzas Públicas; y es en el caso de la Deuda  Indexada.
Aproximadamente 38.000 MD de la Deuda Pública Argentina está nominada hoy en Pesos que se ajustan por Inflación.
Aplicando el Coeficiente de  Estabilización de Referencia (CER) - que replica el Índice de Precios  Consumidor IPC) - esto significa un aumento automático de la base de Capital de unos 4.000 MD por año.
Tal es lo que da actualmente  por aplicación del Índice de Inflación Minorista oficial del INDEC – un  ratio del orden del 10 %, fuerte y justificadamente cuestionado a raíz  de los cambios introducidos a partir del 2007 – ya que si el stock de  deuda indexable se ajustara por la Inflación Real daría más del doble de  esta cifra.
Caben muy pocas dudas acerca  de que el motivo de estos cambios del INDEC, aparte de esconder los  verdaderos niveles de aumentos de precios, habría tenido por finalidad  práctica contener el ritmo de actualización del Capital de esta Deuda  Pública en Pesos ajustada por Inflación.
De allí que los Acreedores  reclaman adicionalmente al Estado Argentino imputándole un “default  encubierto” dado que el Gobierno Kirchner, manipulando un coeficiente de  corrección clave para gran parte de su Deuda, produce una licuación  parcial de la misma.
Pero ocurre que el Gobierno,  por medio de la Deuda Intra-Estado, habría venido comprando gran parte  de esta deuda que se licua, de modo que hoy más de 23.000 MD – sobre los  38.000 - se encuentran ya “rescatados” en manos del propio Estado,  mientras algo menos de 15.000 MD quedarían todavía en manos privadas.
La des-indexación relativa de  la Deuda en Pesos ajustada por CER afectaría entonces, en gran medida, a  los bonos que tiene en cartera el Estado – Tesorería, ANSES, BCRA, BNA y  otros entes públicos – reduciendo su rendimiento.
Se da así la paradoja que,  por un lado, el Estado por vía del Tesoro se beneficia con esta  licuación de deuda en relación al monto creciente de su Deuda Pública;  pero los Acreedores Oficiales citados se perjudican en la misma medida.
Dicho con otras palabras: que  cuando se toma Deuda Intra-Estado para pagar con ella a Terceros  (fundamentalmente Acreedores Privados), el riesgo de incumplimiento se  pasa al propio Estado y además, en el caso de la Deuda en Pesos  Indexada, se traspasa también al fisco obligaciones que pierden valor y  que, por ende, afectan las finanzas de los entes oficiales tomadores  (ANSES, BCRA y otros). 
PERSPECTIVAS PRE-ELECTORALES
La designación del Ministro  de Economía Boudou como candidato oficialista a la vice-presidencia de  la Nación conlleva, entre otros, un claro mensaje vinculado con la Deuda  Pública.
Es una señal del Gobierno  Kirchner a los Acreedores Financieros del Estado sobre la importancia  que tiene para la actual Administración su compromiso de cumplir con la  Hoja de Ruta reiteradamente sostenida por el propio Boudou: 1. Arreglo  con los Acreedores de la Deuda que no entraron en el Megacanje 2005 (los  Holdouts), 2. Próximo Acuerdo de la Deuda Externa con los Países del  Club de París (que en su mayoría se arrastra desde la época del Proceso  Militar), y 3. Regreso de la Argentina a los Mercados Internacionales de  Capitales - bajo la recomposición de relaciones con el Fondo Monetario  Internacional (FMI) y en el marco de la nueva “ingeniería financiera  global” del Grupo de los 20 - para volver a tomar más Deuda Externa.
Algo así como la previsión de  una asistencia externa futura destinada a cubrir el “bache de  financiamiento” acumulado que hoy se cubre con el “préstamo-puente” de  la Deuda Intra-Estado. 
El escrupuloso cumplimiento  de la nueva política de pagos internacionales de la Argentina a costa  del endeudamiento intra-Estado, el consiguiente rescate de títulos que  se traspasan así al Fisco sin demostración de su capacidad de repago y  el programa en curso de la Hoja de Ruta constituyen - de hecho –  elementos de una verdadera Política de Estado en materia de  Endeudamiento Público; y ésta es la política que estaría siendo  instaurada por la Administración Kirchner.
Tal esquema se sostiene en la  práctica con: a) un alto piso de Tasas de Interés locales determinado  por el costo de la Deuda Pública, lo que fija un diferencial de tasas  que atrae capitales financieros al país, b) un Tipo de Cambio Nominal  retrasado y semi-fijo (con un Tipo de Cambio Real más bajo por efecto de  la Inflación Interna), que contribuye a posibilitar los pagos de  Servicios de la Deuda en Moneda Extranjera; y c) un mecanismo de  traspaso en gran escala de obligaciones con Terceros a la condición de  Deuda Intra-Estado, lo que amenaza un desfinanciamiento fiscal futuro en  la medida que no exista capacidad de repago para afrontar las  obligaciones propias y externas.
Frente a estas realidades y  perspectivas, el Gobierno sigue apelando a la Deuda Intra-Estado y a  recursos extra-ordinarios circunstanciales (como el caso de las  utilidades del BCRA y la ANSES) para sostener sus cuentas fiscales,  continúa efectuando fuertes pagos de Deuda Externa con Reservas  prestadas por el Banco Central y presenta la refinanciación sistemática  de sus pasivos públicos como el logro de un supuesto  “des-endeudamiento”.
Es el “precio” que la  Administración Kirchner paga para llegar a las Elecciones de Octubre sin  tener encima otra Crisis de Deuda.-Fte.: tomado de Al Dorso





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