[…]Habían transcurrido seis meses desde el incendio cuando la abuela pudo tener una visión entera del negocio.
—Si las cosas siguen así —le dijo a Eréndira— me habrás pagado la deuda dentro de ocho años, siete meses y once días.Volvió a repasar sus cálculos con los ojos cerrados, rumiando los granos que sacaba de una faltriquera de jareta donde tenía también el dinero, y precisó:—Claro que todo eso es sin contar el sueldo y la comida de los indios, y otros gastos menores.Eréndira, que caminaba al paso del burro agobiada por el calor y el polvo, no hizo ningún reproche a las cuentas de la abuela, pero tuvo que reprimirse para no llorar.—Tengo vidrio molido en los huesos —dijo.—Trata de dormir.—Sí, abuela.Cerró los ojos, respiró a fondo una bocanada de aire abrasante, y siguió caminando dormida.[...]—No te puedes quejar —le había dicho la abuela al salir de la ciudad fronteriza—. Tienes ropas de reina, una cama de lujo, una banda de música propia, y catorce indios a tu servicio. ¿No te parece espléndido?—Sí, abuela.—Cuando yo te falte —prosiguió la abuela—, no quedarás a merced de los hombres, porque tendrás tu casa propia en una ciudad de importancia. Serás libre y feliz.Era una visión nueva e imprevista del porvenir. En cambio no había vuelto a hablar de la deuda de origen, cuyos pormenores se retorcían y cuyos plazos aumentaban a medida que se hacían más intrincadas las cuestas del negocio. Sin embargo, Eréndira no emitió un suspiro que permitiera vislumbrar su pensamiento. Se sometió en silencio al tormento de la cama en los charcos de salitre, en el sopor delos pueblos lacustres, en el cráter lunar de las minas de talco, mientras la abuela le cantaba la visión del futuro como si la estuviera descifrando en las barajas. Una tarde, al final de un desfiladero opresivo, percibieron un viento de laureles antiguos, y escucharon plltrafas de diálogos de Jamaica, y sintieron unas ansias de vida, y un nudo en el corazón, y era que habían llegado al mar.
—Ahí lo tienes —dijo la abuela, respirando la luz de vidrio del Caribe al cabo de media vida de destierro—. ¿No te gusta?—Sí, abuela.[...]
García Márquez, La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada.
Algunas Expresiones y Testimonios sobre la Deuda de la cándida... :

Fidel Castro, Ante la deuda y la crisis y por el nuevo orden económico internacional: unidad latinoamericana . Discurso final en el Encuentro sobre la deuda externa de América Latina y el Caribe el 4.8.1985
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La democracia argentina no acepta la trampa en la que el sistema financiero internacional y las minorías a él asociadas la han colocado al generar esta agobiante deuda externa. Los estados nacionales han sido usados para apañar a estos grupos especuladores. El destino del continente está en salir fuera de esta trampa. (...) La crisis que sufrimos quizás tenga como contrapartida la creación de una oportunidad invalorable para convertir finalmente en realidad la integración de América Latina y del Caribe.
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Discurso del canciller Caputo, citado en "La Conferencia de la CELA en Quito", La Nación, 14 de enero de 1984, p. 2 (cit. CEMLA)[...]

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Jorge Schvarzer, Cuadernos de El Periodista de Buenos Aires, Año 1, Nº 1.
A veces la consideración de los detalles hace olvidar la naturaleza de un problema que vuelve a entenderse cuando se simplifican sus términos y se los transpone a situaciones elementales. Con esa orientación acabo de pubicar en Buenos Aires un libro en el que trazo el paralelo entre la deuda externa de la Argentina y la historia de la cándida Eréndira, de García Márquez que debe pagar a su abuela desalmada una deuda inexistente y descomunal con lo único que tiene, que es su cuerpo. De este planteo surge la inexistencia de la obligación moral de agar la mayor parte de la deuda y la cuestión se reduce a la capacidad recíproca para imponer o eludir represalias. En el caso argentino, y según el Banco Mundial 20.000 millones de dólares dela deuda externa corresponden al financiamiento de la evasion de capitales, y 10.000 milllones a importaciones no registradas que también de acuerdo con el Banco Mundial en su mayor parte fueron compras de armas.
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Alfredo Eric Calcagno, Cuadernos de El Periodista de Buenos Aires, Año 1, Nº 1.

También es muy importante el aspecto patrimonial. La privatización de
los servicios públicos y de la explotación de los recursos naturales priva al Estado de una renta importante (2) y del manejo de una cuantiosa masa de recursos. La rentabilidad de las empresas privatizadas en Argentina fue enrome: en el periodo 1993-2000, 26 empresas privatizadas tuvieron una tasa de utilidades sobre ventas 10 veces mayor que la de 144 empresas grandes no vinculadas a las privatizaciones (3). Otro elemento a tener en cuenta es la deuda que acumularon las concesionarias; en muchos casos remesaban las ganancias a sus casas matrices, de las que además tomaban prestamos que entraban como deuda externa.
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Alfredo Eric Calcagno y Eric Calcagno, Estatización, concesión, sociedades mixtas... qué hacer con las privatizadas., Le Monde Diplomatique, El Dipló, Dossier Nº 54, Diciembre 2003)
(La La nota 2 refiere a Un ejemplo ilustrativo es el de los aportes que efectúan las empresas de cobre chileno, según sean públicas o privadas. ... Véase Juan Villarzú R., Presidente Ejecutivo de Codelco, presentación ante la Comisión de Minería del Senado, 11-6-03 www.codelco.com/. La nota 3 refiere a Daniel Azpiazu, Las privatizaciones en Argentina, CIEPP/ Fundación OSDE, Buenos Aires, 2002)
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"...27. Reafirma la resolución de la XI Conferencia Interparlamentaria CE/América Latina (Acta Final, apartado 26) relativa a los problemas generados por la deuda externa latinoamericana. Igualmente y basándose en el análisis del origen de ésta, introducido ya por el dictamen aprobado por el Comité Económico y Social de la Comunidad Europea en 1985 (Doc. CES 931/85 CAL/DM., apartado 7), en el enfoque del Parlamento Latinoamericano y en el análisis jurídico de diversas entidades académicas y científicas, pide a los Estados miembros de los Parlamentos que tomen las iniciativas oportunas, buscando el apoyo de otros países del mundo, a fin de que la Asamblea General de las Naciones Unidas solicite a la Corte Internacional de Justicia de La Haya un dictamen consultivo que permita afrontar el problema de la deuda externa conforme los principios generales del derecho internacional Contemporáneo (estatuto de la Corte, Art. 38c.)".
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Parlamento Latinoamericano, Consejo Consultivo Versión IV, 1998: LA DEUDA EXTERNA ANTE EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO (informe)

Carta inédita sin publicar de Bernardo Grinspun a Daniel Larriqueta. (cit. Horacio Rivelli en El problema de la deuda externa)
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