En un grano de maíz...

... toda la gloria del mundo.


maízJosé Martí lo sabía, ¿y cómo no habría de saberlo, si el ser humano es hecho de maíz?

Así como en su particular modo, por no conocer el maíz, lo sabía Jesús, al reparar en las aves y los lirios del campo y en que ningún monarca, líder, general, papa, presidente, funcionario o empresario exitoso con todo su esplendor se vestiría jamás como uno de ellos.

Dicen los pensadores que el ensayo es la forma que toma el relato americano, nuestroamericano, ¿y cómo no habría de ser así, si los dioses, los Constructores, los Formadores, los Procreadores, los Engendradores al ZacZac: “blanco, blancura, luz, alba del día, alba [comienzo] de una cosa y más especialmente de la civilización sedentaria, bello, bien, bueno, belleza, felicidad, etc.; marca de superlativo [los otros nombres de color también]”. Por la multiplicidad de sus sentidos esta palabra es una incomodidad para la traducción. (Nota de la versión en español de M. A. Asturias del Popol Vuh), al alba de la vida, antes de crear su obra definitiva, la ensayaron: primero de barro, y viendo que no era buena luego la crearon de madera, y viendo que tampoco era buena luego la crearon de maíz, porque en su pensamiento germinal brotó la palabra justa, el ñispa voz kichwa: diciendo, desde el fruto originario que da la fuerza de la madre tierra.

Maíz-Mural de Diego RiveraTambién lo supo el yamqui Salcamaygua, y por eso rememoró su cosmogonía siguiendo los cardinales que recorriera el Maestro hacedor de las necesidades en el trazado de las siembras y las cosechas.

Miguel Ángel Asturias lo sospechó. Y lo quizo contar: quizo contar que el hombre sería herido de muerte en tanto su materia originaria fuera arrebatada de su finalidad profunda y constitutiva de la condición humana.
«El maíz sembrado para comer es sagrado sustento del hombre hecho de maíz.»
Y aquéllos hombres del alba, los primeros hombres que tuvieron compañeras de agua para asegurar la abundancia del fruto, fueron privados de la extensa vista, del horizonte de sabiduría, porque si los Engendradores habían ensayado en su cíclica evolución y construcción de perfección, también ellos deberían recorrer el camino circular de la germinación.
«Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.»
Si Nuestra América ensaya hoy nuevas búsquedas de humanización como en el Zac, para alcanzar su
Sumak Kausai Buen vivir. Significa, en lengua kichwa, vida armoniosa: armonía entre nosotros y armonía con la naturaleza, que nos engendra, nos alimenta y nos abriga y que tiene vida propia, y valores propios, más allá de nosotros su sola certeza será recuperar el fruto, el alimento: el camino del maíz.
Cestas con maíz y papa
Sonidos de aquél día- Quique Sinesi

Lecturas recomendadas
Obras Completas, de José Martí
EL Sermón del Monte, Evangelio según Mateo, Cap.5
América Profunda, de Rodolfo Kusch
Hombres de maíz, de Miguel Angel Asturias


1 comentarios :

pelu dijo...

Ay, Anahí, es la propia vida lo que está en peligro!

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