Malvinas en el ojo de la tormenta
Por Mario CafieroAlerta: a medio camino entre los imperialismos estadounidense y europeo, Inglaterra proyecta un sistema de nuevas bases militares en el Atlántico Sur y el Caribe, con eje en el territorio argentino de Malvinas. El león desmelenado trata de usar estas islas como punto de apoyo para un arco de bases militares en América Latina, desde donde posicionarse para sobrevivir al mortal sometimiento económico-ideológico-político respecto de Estados Unidos y su nunca realizada pertenencia al continente europeo. La llave de este nuevo y superlativo conflicto geopolítico cae en costas argentinas. No está claro todavía si las fuerzas que reclaman su condición de nacionales, democráticas, antimperialistas y anticapitalistas, comprenden y asumen la magnitud del desafío.
En marzo de 2009 la Subcomisión de Seguridad y Defensa del parlamento europeo hizo público un documento, en idioma inglés, titulado The status and location of the military installations of the member states of the European Union and their potential role for the european security and defence policy (Esdp, El status y la ubicación de las instalaciones militares de los Estados miembros de la Unión Europea y su rol potencial para la política de defensa europea). El documento, en síntesis, sienta y explicita en forma detallada tesis y propuestas alarmantes y francamente agresivas para Argentina y para otros países del hemisferio Sur. Es particularmente riesgoso para América Latina y también afecta y compromete al resto de los océanos y mares del mundo.
La mera propuesta de esta oferta británica debiera preocupar hondamente a la dirigencia responsable de la Unión Europea, ya que Inglaterra ofrece a sus socios europeos fortificar y consolidar un enorme poder marítimo sobre todos los océanos, y en especial sobre el Atlántico Sur, utilizando como punto de apoyo un conjunto de enclaves coloniales. Incluye en su oferta bases francesas y españolas. El tono general del documento trasluce un inesperado renacimiento de viejas y peligrosas teorías geopolíticas generadas en pleno auge del colonialismo y del eurocentrismo más duro y dogmático.
Vectores estratégicos
Desde las nuevas bases militares propuestas parten desde Malvinas tres flechas que apuntan a Patagonia y Sur de la Provincia de Buenos Aires, Antártida e Islas del Atlántico Sur y Pasaje interoceánico Drake y estrecho de Magallanes. Se trata de una clara violación del Tiar (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), del tratado de Tlatelolco, y de otros acuerdos regionales e internacionales reconocidos por el derecho vigente. El amenazante mapa incluye también al Caribe, atribuido a bases francesas. Se completa así una propuesta que sustituye la doctrina Monroe, al proponer desenfadadamente un Atlántico Sur y Caribe para la Unión Europea, básicamente bajo soberanía británica.
El imperio británico se ha mudado al Atlántico Sur. Su Majestad ya no es emperatriz de la India y hoy la mayor joya de la corona, el Koh-i-Noor del siglo XXI, es el Atlántico Sur. La usurpadora presencia británica en la región ocasiona como mínimo un triple daño: a) despoja a Argentina de sus recursos naturales renovables y no renovables en la zona; b) facilita la depredación de dichos recursos y el uso de estas vastas áreas para sumidero de desechos; c) establece una sofisticada instalación militar en el Atlántico Sur con centro de gravedad en Malvinas y en segundo lugar en la Isla Ascensión y la invitación formulada por el documento al resto de los 27 Estados de la UE, de integrarse a dichas bases, lo que convierte a Malvinas en el epicentro del conflicto desatado por el poder mundial. Como señala el documento se trata la Grand Strategy para disputar no ya el territorio continental sino el territorio marítimo.
Aguas calientes en el Atlántico Sur
Los fríos mares del Atlántico Sur se están convirtiendo en los mares calientes donde se disputará el dominio geopolítico y geoeconómico. La militarización y consiguiente nuclearización del Atlántico Sur constituye una clara violación del derecho internacional y regional (Tlatelolco y Tiar), y una amenaza para todo el continente suramericano, que vale la pena destacar y recordar que ha sido históricamente –y lo es hoy– la región más pacífica del planeta. Inglaterra propone a Europa en este documento ignorar intencionalmente esta tradición pacifista y exportar la tradición belicista del hemisferio Norte a los mares del Sur. América Latina está frente a un proyecto de exportación de políticas belicistas en el Atlántico Sur. Esto colocaría a la región –y especialmente a Argentina– en el ojo de tormentas globales que no se condicen con la tradición pacífica de estos países. Habitualmente no se lo recuerda, pero el hecho es que América del Sur es el subcontinente con la menor cantidad de guerras de este mundo.
Como propuestas concretas, a analizar y debatir, Argentina debería: -solicitar un análisis exhaustivo de la situación planteada por este documento en el seno del Tiar, teniendo especialmente en cuenta su artículo 6 y efectuar las debidas consultas a fin de actuar de manera coordinada, eficaz y oportuna con los países de nuestra región; -reconsiderar críticamente el status de observador en la OEA que el Reino Unido asumió en la década de 1990 como consecuencia de una inexplicada pasividad de la delegación argentina; -iniciar una enérgica campaña de difusión en la Unión Europea a los efectos de informar a todos sus miembros que Argentina no consentirá las peligrosas intenciones de quienes impulsan esta europeización de las bases militares inglesas.
Fte.: Revista América XXI, Nº52 | Ago 2009 (Edición Digital)
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